Esta performance recrea una fiesta de salsa para contar las historias de cuatro jóvenes migrantes colombianos que viven en Buenos Aires. Su migración, la vida en la nueva ciudad y cómo las fiestas y este género musical específico son una manera de resistir el desarraigo, de crear un sentido de pertenencia aunque estén lejos de sus vínculos culturales y afectivos, aunque el entorno de la capital argentina a veces les resulte lejano y hostil.
La migración colombiana es constante. Según los registros el flujo de colombianos hacia el exterior, desde mediados del siglo XX, se ha dado en forma sostenida, y en la última década ha tenido un aumento considerable. Se estima que hoy hay más de 30 mil colombianos en Argentina y, según datos del Consulado de Colombia en Buenos Aires, el 77% de la población registrada vive en Ciudad de Buenos Aires y Gran Buenos Aires.
Pena y pachanga recrea el espíritu festivo en un cruce entre performance y biodrama para contar la historia de cuatro colombianos de diferentes ciudades que vienen a vivir a Buenos Aires. Estas historias tienen en común un vínculo profundo con la salsa, el haber crecido en un país violento, la necesidad de contacto físico y la mezcla entre goce y melancolía que produce estar en una fiesta familiar que ocurre lejos de casa. La performance intenta cuestionar los prejuicios con los que se trata a los migrantes y sus intereses culturales, entre ellos la salsa.
La propuesta es participativa, un voz en off guiará al público desde el armado hasta la fiesta propiamente dicha al tiempo que los performers narrarán sus historias de desarraigo.
Actores: La Candela Viva, Carlos Echeverri, Angge Zea, Camilo Jaramillo // Idea: Alejandra Torrijos, Laura Sussini // Dirección: Alejandra Torrijos, Laura Sussini // Sonido: Gabriel Estarque // Producción: Ana Español, Julieta Hantouch, Sol Dinerstein //