Esta obra es quizás un viaje post-mortem de Pasolini. Una acumulación híbrida de personajes que bien podrían haber salido de su puño y letra, como en un trance, poseído por la palabra: una Menina, una familia rica, soldados nazis, unos hipsters, un infierno en clave de Disney, Tiresias y Epicuro, demonios y ángeles. Una rara y apócrifa Divina Comedia pasoliniana luego de ser asesinado el 2 de noviembre de 1975.
Sobre la obra, el director Matías Feldman escribe: ¿Cómo invocar a Pasolini? Quizá dejándose poseer y no desear exorcizarse. Pasolini fue visionario: vio con sorprendente lucidez lo que sería el mundo para nosotros los habitantes de este nuevo siglo. Vio el conformismo, el consumismo, el poder de los medios de comunicación, la mutación que produciría el capitalismo tecnológico y global, la “financiarización” del mundo (diría Bifo). Y con él y con su obra intentamos resonar, intentamos que sus melodías y acordes sigan resonando política, poética o místicamente. Pasolini es hibridación, complejidad, acumulación y contradicción.
Es religioso y marxista. Repite obsesivo, como un rezo, su odio hacia la burguesía.
Es un monstruo sagrado... y se sacrificó por el mundo.
Actores: Luciano Suardi, Andrea Garrote, Marcelo Subiotto, Juliana Muras, Ariel Pérez De Maria, Maitina de Marco, Guido Losantos, Diego Echegoyen, Paco Gorriz, Martín Aletta, Eugenia Blanc, Julian Duffy, Manuel Guirao, Juan Manuel Trentin, Martina Bajour // Dirección: Matías Feldman //