Apenas iluminada por las velas cuyo calor activan los instrumentos, Nocturno de Edgardo Rudnitzky es una composición musical azarosa determinada por procesos mecánicos, sin intervención humana ni eléctrica. Una obra basada en el principio musical de “indeterminación”.

Seis notas de una escala hexatónica distribuidas y repetidas en 15 monocordios, cada uno montado junto a una vela y un percutor que se mueve a medida que su mecanismo se calienta o enfría. Hay más que las notas: está el sonido de los instrumentos, de sus movimientos, y están los instrumentos creados por Rudnitzky con madera, plástico, bronce, imanes, y distribuidos en el espacio para formar una instalación sonora.

La obra fue presentada en Berlín y en Bolonia, pero tenía entonces sólo siete instrumentos. “La disposición espacial en las puestas anteriores era una especie de laberinto y el público caminaba entre los objetos. Aquí, además de la posibilidad de caminar entre los objetos que estarán en el ‘escenario’ del auditorio, habrá objetos colgados en las paredes laterales, lo cual generara otras asociaciones y le dará una espacialidad diferente a la proyección sonora de la obra”, explica el autor.

Última fecha

dom

31

marzo / 2013

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