Ante la vista de un cielo nublado sobre el paisaje de valles y montañas, desde un auto que viaja desde Chipayá hasta Cali, Guillermo Lemos –uno de los niños precoces que junto a su hermana Clarisol provocaron en Andrés Caicedo una intensa fascinación– instala (como ya lo había hecho en Un ángel del pantano, una década antes) la actitud intrépida ante la muerte al contar detalladamente la anécdota de un desafío de ruleta rusa a dos tiros del que participó, y que el destino le permitió vivir para contar. En varios encuentros con amigos cercanos y el despliegue de material de archivo (que incluye material audiovisual, fotos, cartas y escritos), Noche sin fortuna reconstruye las memorias de los años más intensos de Caicedo: sus primeros escritos sobre películas, los amores desgarradores, el encuentro con las drogas, la obsesión con el cine de Hollywood y la mecánica creadora, que en su caso tenía mucho de destructora. Porque no hay que olvidar que hablar de Caicedo es, inevitablemente, reflexionar sobre la paradoja del suicidio de una vida en ebullición permanente.
Dirección: Francisco Forbes, Alvaro Cifuentes.
Argentina 2011, 86'.