En plena dictadura chilena, un creativo publicitario consiguió que la campaña para enfrentar a Augusto Pinochet tuviese como puntales a la palabra No recortada contra un arcoíris y a un jingle cuyo estribillo repetía a modo de mantra: “Chile/ la alegría ya viene”. Esta es su historia… Si la reseña de la revista del cable terminara allí, la nueva película de Pablo Larraín (Tony Manero) ya merecería ser vista. Pero sucede que No cuenta, además, la estupidez prepotente de la derecha y la estupidez pedante de la izquierda, retrata a ese matrimonio de dogmáticos sin imaginación de un modo ejemplar, y pone en primer plano la idea de que la alegría puede ser, en determinadas circunstancias, la única vanguardia posible. Con una actuación extraordinaria de Gael García Bernal, con la participación de muchos de los personajes que hicieron posible que en aquel plebiscito de 1988 el No a Pinochet empezara a derrumbar la dictadura, con su imagen U-matic y su dulce, vital tristeza a cuestas, No es la gran obra maestra modesta de esta época.

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vie

13

septiembre / 2013

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