En la exposición de dibujos de Beatriz Moreiro, según Mercedes Urquiza, autora del texto que acompaña la muestra: "Para Beatriz, los nidos son formas, son símbolos y son evocaciones. Ya desde chica se trepaba a los árboles para verlos bien de cerca. Eran el tesoro escondido en los veranos entrerrianos que transcurrían en la casa de sus abuelos y en cuya búsqueda se expresaba eso que tantos artistas experimentan durante la infancia: la pulsión de hallar un objeto, una idea, cuyas formas y significados intentarán descifrar a lo largo de toda la vida...

Porteña por nacimiento (y poco más), una vez que terminó la carrera de arte en la Prilidiano Pueyrredón, Beatriz tuvo dos certezas: que se iba a dedicar al arte sea como sea y que dejaría Buenos Aires para acudir al llamado de la naturaleza. Y así fue como Chaco apareció en su mapa. Primero hizo pie en Resistencia, que no será Buenos Aires, pero era una ciudad y, por lo tanto, tan sólo una escala. Y, luego, fascinada por la exuberante naturaleza chaqueña se encaminó hacia las afueras, hacia el que iba a convertirse en su lugar en el mundo, allí donde siempre soñó anidar, bien cerca del monte y del agua.

Última fecha

sáb

4

octubre / 2014

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