Las mujeres del campo a las que alude el título original no están muy tranquilas, debido a la presencia perturbadora de un personaje brutal que las aterroriza.
De Molinis utiliza expresivamente el contraste entre esa violencia y la aparente placidez del contexto rural y logra un relato ciertamente sensual pero que al mismo tiempo funciona como una imprevisible alegoría sobre el fascismo.
En Argentina se estrenó después de la dictadura, con un título y una publicidad que lo orientaban a un público menos exigente, lo que seguramente provocó mucha frustración.
Dirección: Claudio de Molinis //