Continúa la exposición que traza el recorrido del proyecto MURGA, impulsado por la organización belga Fiëbre desde 2006, y que aporta una solución artística de raíces rioplatenses para tratar un profundo problema local.
Gracias a este proyecto, Bélgica cuenta hoy con una pujante escena murguera: una veintena de grupos que unen la danza, el teatro, la música y el diseño de indumentaria. Y que logran que cientos de ciudadanos de uno de los países más diversos del mundo muevan el foco hacia el entorno que habitan en la actualidad, por sobre su identidad de origen. Amberes, ciudad que sufría de falta de diálogo y brotes racistas, toma así el concepto de las murgas callejeras argentinas para vestirlas de identidades africanas, árabes, europeas y asiáticas y construir una red de murgas que constituyen un espacio de pertenencia y expresión.
La exposición exhibe videos, fotografías, afiches y textos del proyecto, y tiende puentes con otras iniciativas semejantes. Además, puntualiza la difícil situación que atraviesan éste y otros proyectos ante los recortes producto de la crisis europea actual y el cambio de paradigma cultural debido a los nuevos gobiernos conservadores, y la vía colaborativa, independiente y latina que propone ante ello Fiëbre.