Este nuevo volumen de la Colección Grabadores Argentinos de Ediciones El Zaguán, dirigida por Osvaldo Jalil y Anteo Scordamaglia, reúne grabados de Marcelo Malagamba y poemas de José Sbarra.
“La decisión no fue fácil –aclara Osvaldo Jalil–, las imágenes potentes del grabador, con su mundo tan particular, personajes con miradas desafiantes, humanoides que obervan expectantes al espectador como mordiendo el alma, animales extraños que sobrevuelan ese negro Buenos Aires, rincones misteriosos llenos de silencios, culos voladores. Marcelo Malagamba es un grabador de oficio, enamorado de Rembrandt, investigador, amante del jazz, ama la música, ama cocinar para sus amigos, es pura pasión, un torbellino del grabado, todo lo que huele a tinta le atrae y lo aprende, generoso como pocos”. Y añade: “Del otro lado el poeta, que nos dejó su herencia, en textos bellísimos, llenos de dolor, soledad, el grito buscando ese amor tan deseado, el desencanto y al mismo tiempo, el amor a la vida. José Sbarra fue un poeta que escribió desde siempre, desde muy joven, y lo hizo hasta sus últimos días. Un enamorado de la palabra, irónico, ácido en sus comentarios, vivió intensamente y con pasión. Quienes lo conocimos y tuvimos la dicha de ser sus amigos, sabemos de sus notas afectuosas y de sus críticas, su risa fuerte y cristalina, sabemos de su generosidad, sabemos del inmenso cariño a su hermana Pipi. Fue el poeta de los jóvenes y del under, cosa que a él lo divertía mucho, y editó sus propios libros para poder seguir libre”.
“En un punto –continúa Jalil– el poeta y el grabador se cruzaron por nuestras mentes, y nos dijimos con Anteo: ‘Sí, Malagamba va con Sbarra, ellos caminan juntos, aunque no se conocieron, nosotros tenemos el placer de ser amigos de los dos; acá están, el grabador y el poeta, detrás del sueño de seguir difundiendo arte’.”