Es un espectáculo coreográfico que se despliega en una atmósfera onírico-lúdica, para hablar de la necesidad y el deseo.
Sus personajes discurren entre imágenes de fragilidad y poder.
Se divierten, manipulan y descubren la multiplicidad de seres que los habitan. Un juego entre lo real y lo imaginario, con un cruce de lenguajes entre el jazz y el contemporáneo.
Gestos y densidades irán construyendo este universo danzado llamado Montecarlo.