La muestra de Alicia Escot es una serie que comprende dibujos, grabados, esculturas e instalaciones inspirados en las playas de Mar del Plata, un lugar más que significativo para el ocio de varias generaciones de argentinos.La Feliz, como cariñosamente se la llama a la ciudad costera, ha sido una localidad que a lo largo de su historia ha mutado en su identidad y en su paisaje: de lujoso balneario preferido de la burguesía porteña en los años treinta y cuarenta, a la ciudad del turismo social en “La nueva Argentina” del General Perón. Pero una nueva transformación a partir de los noventa, la consolidó como la Ciudad Feliz, aleatoria y heterogénea. Una suerte de urbe de cemento bañada por un mar, que despierta en el estivo y aletarga en invierno.

La propuesta de la artista está hecha desde la ciudad misma, en la que ella vivió durante numerosas vacaciones familiares. Allí, Alicia investigó durante estos años la relación del hombre y su contexto: el paisaje vacacional, en el cual se instala, se mueve, se libera y se reprime, descansa y se agita, a través de las tensiones que el sol, la playa y esta particular ciudad suelen provocar.Escot va más allá del relato costumbrista, capta escenas de manera realista y fotogénica, no por eso exentas de poesía y de aguda crítica. Su objetivo está enfocado con la construcción de vallados, sombrillas, carpas, la búsqueda de un idílico confort, pero que a la vez nos priva de participar del espectáculo de la naturaleza, una naturaleza ordenada, encausada, cuadriculada de carpas y senderos, una naturaleza intervenida con ferocidad y cada vez más segmentada. Sus composiciones remiten a una suerte de religiosidad icónica y casi dogmática, como alguna vez fue el peronismo. Su retablo tiene por protagonista a Lucio, un hijo del pueblo, como un niño Jesús y a ella misma como una María casi pantocrática pre renacentista. Y en él, ambos nos muestran y demuestran la situación crítica de este espacio inestable de mutaciones sociales dentro del cual el hombre hoy se mueve.Alicia Ecot nos propone, casi como en un juego, encontrarnos con todas esas “miradas privadas”, que nos llevan a superar el simplismo de ver sólo cuadros con atmósfera de playa y entrar en un mundo que habilita una reflexión sobre la condición humana.

Última fecha

dom

7

abril / 2013

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