En la obra Milagreros, Mauricio Toro Goya se sumerge en el mundo de la religiosidad popular con una mirada irreverente, que constituye no sólo una postura política, sino también una lectura actualizada de arte barroco que revela la carga simbólica de las imágenes devocionales.

En una serie de once ambrotipos realizados en Chile y México, el autor utiliza como recurso visual el exvoto, expresión plástica de carácter religioso que actúa por una parte como ofrenda a las divinidades en agradecimiento por los favores recibidos y, a su vez, es el testimonio gráfico de los milagros concedidos. Inspirado en los grandes maestros de la pintura barroca, Toro Goya cede protagonismo al color, iluminando a mano cada uno de los ambrotipos, e individualizando así cada elemento puesto en escena.

Las imágenes devocionales en la serie Milagreros alcanzan una especie de barroquismo delirante: prevalece en ellas una tensión entre los elementos estilísticos, en donde la valorización de la idea de desorden y caos, el predominio de lo laberíntico, la importancia del detalle, y la sobreabundancia de significantes se conjugan entre sí; el autor recurre a la parodia para cuestionar al modelo sociopolítico imperante en gran parte de Latinoamérica. Tal como señalara Severo Sarduy: “Ser barroco hoy significa amenazar, juzgar y parodiar la economía burguesa, basada en la administración tacaña de los bienes, en su centro y fundamento mismo: el espacio de los signos, el lenguaje, soporte simbólico de la sociedad, garantía de su funcionamiento, de su comunicación. Malgastar, dilapidar, derrochar lenguaje únicamente en función del placer… Subvertir el orden supuestamente normal de las cosas.”

Quiénes

Artistas: Mauricio Toro Goya // Curador: Andrea Aguad //

Última fecha

vie

30

septiembre / 2016

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