Microcromatismo. Témpera en pequeñas pinceladas. Margen, recolección, miniatura, color y tiempo. Grafismos y anotaciones incorporan pigmentos para los cuales estaban destinados. Juncos que fueron cortina, ahora solitarios, son el soporte cilíndrico de infinitos matices de color. Fragmentos de libros donde se mencionan problemáticas de “sentido”, atraviesan y constituyen –entre piedras y líneas– su topología.
Herbario. Serie de álbumes que contienen una recolección de dibujos marginales, anotaciones y grafismos automáticos que han sido recortados –la tijera es aquí una herramienta de dibujo– e intervenidos con témpera. Hay un encuentro de tiempos distantes, un hacer del presente que le pregunta al hacer del pasado, para así poder discernir color y sitio por donde desplazar el pincel.
Pinturas microscopio. Serie de pinturas cilíndricas de pinceladas pequeñísimas e insistentes. La paleta –acotada a lo lejos– se expande a medida que nos acercamos a la pintura. Hay un querer mirar el mundo desde muy cerca. Pintura microscopio: cuando para distinguir sus matices, debemos acercar nuestros ojos al color hasta tocarlo con la nariz, justo en ese linde con lo difuso.
Topología de “sentidos”. Recolección de frases sobre “sentido”. Una búsqueda permanente como si todo trabajo artístico estuviera siempre en proceso. Producción artística como búsqueda de sentido. Podemos manipular libros y encontrar esas frases, cada una acompañada de una línea de color. Libros como en una biblioteca, uno al lado del otro, situados en el piso. La secuencia es piedra, libro, libro, libro, piedra. Son muchos los libros y dos las piedras, una proviene del río, la otra de la montaña.
Artistas: Lucas Di Pascuale //