No es necesario tener experiencia previa. Llevar tu atención a una piedra, a una flor o a un árbol no significa pensar en ellos, sino simplemente percibirlos. Mirar con la mente en silencio, con ojos despiertos. Darte cuenta de ellos como si fuera la primera vez. Dibujar como registro de lo que aparece ante tus ojos, el lápiz sobre el papel como ancla al momento presente. Notarás que la conciencia se abre a una percepción ampliada, entrarás en un estado de quietud donde el tiempo no existe. Al ver tus dibujos, te sorprenderá la habilidad que lograste con la mente silenciosa.
Docente: Graciela Ieger //