Con una voz naturalista y casi susurrada, Mateo García Haymes narra universos singulares y poco recorridos por la canción. Explora lo íntimo y lo sagrado. Indaga en la solemnidad de los rituales cotidianos y coloca una mirada extrañada sobre la épica nacional.
Su poesía se construye con elementos tan diversos como la guardia de un hospital, la casa de los abuelos, la relación de dos hermanos, un dedo lastimado o los textos de Sarmiento.
Empujadas por un quinteto de cuerdas, piano, bandoneón y guitarra, las canciones de Mateo nos invitan a un mundo familiar desde la letra y desde las melodías. Familiar, por lo reconocible, pero también por lo privado. Es acaso esta intimidad universal lo que dota a esta canción de una potencia emocional que es la característica más notable del autor.
Instrumentistas: Mateo García Haymes //