“‘El mundo real es, en mi caso, un punto de partida, y negándolo o afirmándolo me propongo un profundo análisis del lenguaje y una reducción de la pintura a los valores de la pura percepción’, señalaba Pucciarelli, en 1963.

Seguramente, llamaba “mundo real” a todos los pequeños objetos, texturas y materiales con los que daba vida a sus obras. Esos fragmentos de lo cotidiano, descartados o simplemente a la mano, se incorporaban a sus telas amasados por alquitranes, pegamentos y óleo, el material noble por definición.

¿Cómo podemos leer hoy esa pintura que se basa en la presencia “muda” de la materia? Desde la perspectiva de la antropología del arte se piensa que toda materia se presenta al tiempo que representa. La materia tiene una “agencia”, una intención propia/social capaz de producir efectos físicos y mentales en las personas, en esto reside su poder. Materia e imagen, por indescifrable que parezcan llevan en sí lo que las motiva.

Las producciones creativas de una persona, señala Alfred Gell, se convierten en su mente distribuida por las cosas. Esta situación es común a todas las culturas. Así, en las obras de Pucciarelli, los títulos parecen ofrecer un anclaje conceptual, señalan el lugar desde donde se despliega el poder de su imagen.

Naturaleza gestuale, Confini o Monade, remiten a distintas agencias de la materia. Respectivamente, el caos primigenio que se convierte en gesto definido, los límites de la percepción, o el “uno” indiviso que constituye a todos los seres, según la filosofía de los pitagóricos.”

Fragmento del texto de María José Herrera.

Quiénes

Artistas: Mario Pucciarelli //

Última fecha

vie

28

junio

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