Desde 1962, el Retrato del abate Hurel de Édouard Manet del Museo Nacional de Artes Decorativas no se exhibe en el MNBA. En 1939 formó parte de la extraordinaria exposición Pintura francesa de David a nuestros días.En esta oportunidad, como obra invitada, se reúne con La ninfa sorprendida, 1861, y Retrato del señor Hoschedé y su hija, 1876, y dibujos del artista de la colección del MNBA. En 1962, esta última pintura integraba aún la colección Di Tella, ingresando al museo en 1971.
El abbé Hurel fue amigo del artista desde 1860. Aunque de la misma época que el Retrato del señor Hoschedé y su hija su concepción formal es diversa: el retrato del abate señala la lectura atenta de Velázquez, mientras que la obra del MNBA es una pintura plein air en discusión con la doctrina impresionista, con resolución de pinceladas sueltas y aparentemente inconclusa. En La ninfa sorprendida, realizada quince años antes, Manet reelabora los modelos de la gran pintura europea del siglo XVII para avanzar hacia un potente realismo en el tratamiento de los cuerpos, que abre una nueva fase de la pintura moderna hacia la autonomía de la forma sobre los asuntos.