Es una gran satisfacción para el MARQ –Museo de Arquitectura y Diseño de la Sociedad Central de Arquitectos – SCA– ser la sede de la primera exposición en Argentina de la obra de Lucien Hervé (1910-2007), sin duda uno de los fotógrafos más sobresalientes de la arquitectura del siglo XX.

Esta muestra es el resultado del esfuerzo y la tenacidad de Leila Makarius, su curadora, que con gran sensibilidad realizo la selección y producción de esta promenade por los caminos de Hervé.

La cuidada exhibición despliega ante nosotros un conjunto de fotografías que testimonian el talento y la mirada compleja de un autor que plantea su trabajo con paciencia, rigurosidad y pasión para así lograr su mejor captura. Hay una ética dentro de la estética de Lucien Hervé que nos habla de un imperativo moral: Lograr más con menos, haciendo tensionar dentro de él la búsqueda de la máxima expresión posible pero con un mínimo de medios. A diferencia de otros grandes fotógrafos de la arquitectura moderna, Hervé se posiciona desde allí y, casi intuitivamente, va en búsqueda de lo que no puede ser dicho con palabras. Y cuando lo encuentra nos muestra, tal vez mejor que nadie, lo sublime y lo excelso de la arquitectura del siglo XX. Le Corbusier, que postulo la tesis “el espacio es inefable”, vio seguramente eso en su trabajo y por ello lo adoptó desde 1949 hasta su muerte, en 1965, como su fotógrafo oficial. Hervé interpretó mejor que nadie “…el sabio, correcto y magnifico juego de los volúmenes bajo la luz”, desde sus inquietantes encuadres en blanco y negro, los juegos de luces y sombras, llenos y vacíos, vistas en diagonal, contrastes entre texturas, figuras humanas y ángulos de iluminación que hacen explotar sugerentes detalles y misteriosos fragmentos de abstracta belleza. Como un cazador detrás de su presa sabe que “hay que seguir siempre al sol” para lograr ese instante exacto en el que la arquitectura se expresa desde el sentimiento y la experiencia inmersiva de la espacialidad. El universo brutalista de Le Corbusier fue su más empático y productivo territorio de exploración, evidenciando la formidable sinergia intelectual y hacedora que supieron construir.

Pero esta muestra también nos hace disfrutar de un Lucien Hervé por fuera de su intenso trabajo y privilegiada relación junto al último Le Corbusier. Allí están sus imágenes de otros maestros de la arquitectura moderna como el genial Oscar Niemeyer en Brasilia, o sus espectaculares tomas de la torre Eiffel, las inspiradoras calles de Paris, el sublime Partenón y el enigmático Machu Pichu, la medieval abadía de Le Thoronet, y la blanca arquitectura popular española en las islas Baleares. Retratos íntimos de Matisse, Miró, Burle-Marx y del propio Le Corbusier completan esta inteligente selección de su colosal obra.

Última fecha

dom

28

mayo / 2017

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