PIEDRAS, Galería de arte, presenta Los primeros pintores eran cazadores
, exposición de obras recientes del artista argentino Joaquín Aras.
Se trata de una propuesta pictórica e instalativa en la cual el escenario es el espacio de la galería, que no es un local comercial a la calle, sino un departamento del edificio de los Atlantes construido por Mario Palanti, arquitecto italiano, en 1914. Por lo tanto, hay razones que favorecen la puesta en escena ya que hay amplitud en los ambientes y la propuesta se desarrolla en dos salas.
Los cielorrasos son altos y algunas de las paredes tienen molduras arriba de los zócalos. Esta descripción interesa ya que la exposición se compone en gran parte de instalaciones pictóricas realizadas, aunque no todas, sobre la misma pared blanca, y también de obras exentas sobre planos, colgadas como tales.
La propuesta es compleja y la primera sala propone de manera directa y apropiada una escena del crimen que habría sucedido en un ámbito doméstico, aunque neutro también. Una de las primeras protagonistas de esta sala es una mancha roja particular con chorreados, que podría ser de sangre como huella de un ataque corporal, o de pintura roja. La ambigüedad queda latente.
El artista no sólo se documentó y tomó contacto con la criminología, sino que invitó a una experta en esa materia a hacer el estudio de la virtual escena del crimen y a verificar, también, la verosimilitud de la puesta artística con una real. Así, la voz de esta profesional aparece a través del relato grabado, como parte del sonido de la instalación de la primera sala, es decir, ella tiene un papel en la obra, ya que además aparece físicamente realizando su trabajo: el análisis de la escena del crimen.
En la segunda sala hay varias obras que ilustran relaciones e instancias particulares de la primera, tal como si fueran observaciones y puntualizaciones en torno al hecho central sucedido. Una foto muestra un brazo humano en cuya parte anterior se advierte grabado un bisonte y se exhibe también una gran navaja que se apoya sobre el diseño, tal como si hubiese intervenido en la realización de esa marca punzante. Otra, muestra una mancha de sangre, como si se hubiese fotografiado parte de la acción criminal. En otro monitor aparece la profesional, con ropa adecuada, durante el análisis de la escena del crimen. Uno de los videos es un mix entre cine experimental y cine de terror.
El título de la exposición Los primeros pintores eran cazadores contiene una clave central para la interpretación del sentido general de toda la puesta, ya que los pintores primitivos eran cazadores e ilustraban a sus víctimas tal como los casos de las pinturas encontradas en cuevas prehistóricas de Altamira, Chauvet y otras. El artista en la segunda sala pone a prueba al arte mismo al asimilar la pintura a la sangre, ya sea humana o animal, y el arte permite su representación.
Al tratarse de arte y no de criminalística, aunque la ficción sugiera un paralelismo en este caso, todo elemento formal se observa también desde un punto de vista estético.
Artistas: Joaquín Aras //