Lo Que Importa Es La Piel

Melisa Boratyn inspira con estas palabras sobre la muestra:

Las obras aquí presentes pertenecen a un grupo de artistas responsables de crear un imaginario colectivo (pero no por eso objetivo) que plagado de simbolismos, creencias, anhelos y críticas, analiza nuestro presente.

Poseen un agudo sentido de la percepción, a través de la cual ponen en jaque y expanden nuestra visión del mundo. Ellos se apropian de objetos producidos de forma masiva por una industria que incentiva el consumo desmedido, como podemos identificar en la obra de Elisa Insua o hacen eco de las tradiciones del pasado en producciones actuales, como es el caso de Eugenia Mendoza con sus esculturas e instalaciones. Pienso también en Nicolás Rodríguez y Greta Schormair, que dominan los materiales para permitirnos habitar espacios alternativos y reinterpretar nuestras corporalidades.

Otros eligen indagar el concepto de la representación, para investigar en sus pinturas fenómenos culturales tan arraigados, que casi olvidamos el efecto que tienen sobre nuestro entendimiento de la realidad. Me refiero a acciones como las selfies, capturadas por Belén López de Carlo, o su reversión del bodegón. Si en el siglo XVII los pintores de Flandes como Clara Peeters presentaban los bienes y las exquisiteces exóticas que estaban al alcance de la burguesía, Belén coloca sobre la mesa una lata de Coca-Cola y un celular. Están presentes también las recientes crisis socio-culturales que nos desestabilizaron, el impacto de las nuevas tecnologías y los íconos de la cultura popular que despiertan el interés de François Thevenet, quien aporta una cuota de ironía y humor necesario.

Nase Pop y Jorge Pomar redoblan la apuesta e insertan en el espacio privado estéticas y visiones que dialogan con un lenguaje propio de lo urbano, un territorio que nos ofrece una relación desprejuiciada y orgánica con el arte, en el que se mueven con absoluta comodidad y convicción.

Por último nos sumergimos en una instancia más introspectiva, por medio de las fotografías abstractas de Ces Gil, que se remontan a sueños y alucinaciones que experimentó durante su niñez a raíz de episodios de fiebre que padecía, o las escenas “bosquianas-reloaded” que afloran de la enigmática imaginación de Marcelo Canevari y que por experiencia les aseguro que quedarán hipnotizados.

Pero, ¿cómo logramos conectar con este mundo que se encuentra en una etapa de metamorfosis imparable? ¿Dónde nos anclamos frente a la aceleración cultural? Esta muestra nos invita a fortalecer lazos con aquello que nos rodea y que podemos observar, sentir y abordar, para volver a entablar una relación duradera con la materia y transformar al arte en una segunda piel que nos ayude a habitar el presente.