Las malas intenciones es una película notable, porque no intenta mostrar a Fátima Buntinx como si se tratara de una mala semilla, al estilo de alguna película de Melvin Leroy, sino porque la dota de humanidad desde el limbo de los celos, del miedo a perder a la madre, del temor a pasar a un tercer o cuarto plano. Si bien la cinta se dilata en algunos momentos, sobre todo en la parte de las vacaciones en Ancón, posee una cuidada coherencia con el mundo que propone: la fantasía, por momentos de ribetes pulsionales como las láminas escolares que cobran vida, que terminan degolladas o siendo evidencia de su estado emocional o de acento cómico o la aparición de los héroes en la piscina; la dirección de arte que apunta a la decadencia de un grupo social que se resiste a lo popular y la actuación de Fátima Buntinx que aporta de modo decisivo a la construcción de una resistencia a lo nuevo. No dejar de ver.
Dirigida por Rosario Garcia-Montero. 2011 Argentina, Alemania, Perú.110 mins.