La soga es recordada por la decisión de Hitchcock de filmarla de manera que pareciera un único plano continuo. Como tal pretensión era imposible técnicamente en ese momento, Hitchcock disimuló los cortes en cada momento oportuno.A casa de dos estudiantes van llegando los invitados a una especie de fiesta de fin de curso. El invitado que más temen es su tutor y profesor, un astuto criminólogo que sostiene que el crimen perfecto no existe, aunque ellos se han propuesto demostrar lo contrario. En efecto, con su llegada crece cada vez más la tensión y el nerviosismo de los jóvenes. Y no es para menos, porque tienen un cadáver encerrado en el arcón que sirve de mesa para la cena.Rope, 1948, USA, 80'.