Con una instalación de catorce dibujos en el medio de la sala principal y de tres pinturas dibujos en la sala lateral, Ferrante reflexiona sobre el dibujo como lenguaje y pone en evidencia las respuestas posibles de la relación de distintos materiales en el soporte papel y en la pared. Círculos, líneas, entran en diálogo para formar una composición. La repetición se posiciona como camino para producir algo nuevo.
Hay un instinto apolíneo en los dibujos y pinturas que nos presenta Mariano Ferrante. Una multiplicidad de variables y órdenes aparentes que configuran una estética singular, de proporciones racionales y frágil equilibrio, dice la curadora Gabriela Urtiaga, y agrega, la abstracción geométrica de su obra es también una opción por la levedad, por ‘viajar con poco equipaje’, a partir del uso de diseños, materiales y soportes simples que nos abre el camino de la contemplación en sus progresivas variaciones.