Una prueba genética confirma que Peter (Pedro) Korach no es el padre biológico del chico de cinco años que considera su hijo. Él no es el progenitor del niño: no soy el que pensé ser en los últimos cinco años, Ana no es la mujer que pensé que era, el chico no es mi hijo. Mi vida era una mentira. Lo perdí todo. Todavía la amo. Ya va a pasar. Y todos ustedes lo sabían.
La ciencia lo demuestra implacable e irrefutablemente. Esta certeza es el comienzo del fin. La familia, como vínculo primario, constitutivo de nuestra identidad, se resquebraja. Simón, su padre, a quien Pedro solicita ayuda, tiene un solo objetivo: ganar las próximas elecciones: Si no le gano a Gruber ahora, no le voy a ganar nunca más. No voy a dejar que me lo arruinen. No con sus asquerosas y pequeñoburguesas historias de cama.
Dirección: Sergio Grimblat