En un colegio católico de gestión privada exclusivo para varones Pescado y Leto, dos estudiantes de 14 años se escabullen en un sótano fuera de uso y espían por un agujero el baño de mujeres.
Allí fantasean con la profesora de matemática: La Correa. Mientras esperan juegan con sus fantasmas, se aburren y se miden con el peligro en una constante y creciente batalla por ver quién es el más varón y el menos puto.
El tiempo pasa y espiar ya no alcanza, se extreman, suben la apuesta: salen a darle a La Correa. EL sótano queda vacío hasta que la experiencia los devuelve a su lugar. Lo que hicieron no tiene perdón.
El nivel de violencia aumenta minuto a minuto llevándolos a cometer actos extremos que no tendrán retorno y tras varios días de no saber nada del mundo exterior, la convivencia bajo sus propias reglas nos mostrará la condición de víctimas de quienes a su vez se convierten en victimarios.
En tiempos de diversidades y cuestionamientos sobre la cultura patriarcal y por lo tanto de todas las formas que ésta le ha impuesto a la sexualidad, las masculinidades se ven directamente interpeladas.
En ese lugar es donde La Pecera se para de lleno, en ese momento donde la pulsión empuja y busca forma. Nos proponemos acercar La Pecera como un ensayo dramático sobre la adolescencia, el amor juvenil, la orfandad de la abundancia y por qué no, el destino inevitablemente trágico del patriarcado.
Actores: Sofi Soriano, Alejo Sulleiro // Dirección: Diego Ernesto Rodríguez // Escenografía: Nazarena Cofferatti // Vestuario: Nazarena Cofferatti // Versión: Ignacio Apolo //