“Filmo películas sobre lo que me tortura, y la mujer actúa como médium” dijo alguna vez Andrzej Zulawski. Aparte de la presencia protagónica de la mujer en sus películas, otra característica de su cine es el exceso. Todo es excesivo, sus argumentos, sus actuaciones, sus travellings y cámaras en mano enloquecidas. Cuando filmó Possession en 1981, Zulawski venía de divorciarse (parece que no en muy buenos términos) de su primera mujer y vomitó aquí todo su odio y su dolor en una de las descripciones más demenciales y violentas que se hayan hecho sobre la separación de una pareja (Sam Neill e Isabelle Adjani, ambos en las mejores interpretaciones de toda su carrera).
Lo que sigue es casi indescriptible, aunque la reclusión del personaje interpretado por Adjani en un departamento y su posterior descenso a la locura recuerda a Repulsión (Roman Polanski, 1965), aunque en aquella película la protagonista no materializaba una extraña criatura similar a un gigantesco aparato genital con tentáculos. Censurada y reeditada en todo el mundo, en versiones que oscilan entre los 80’ y los 120’,