El desnudo no sólo es el mejor vehículo transmisor de todo aquello que en el arte corrobora y acrecienta de manera inmediata el sentido de la vida, sino que es también en sí mismo el objeto más significante del mundo de los hombres Y en este sentido la obra de Annie Dellepiane no sólo es una ventana abierta al espectador, sino una propuesta que nos retrotrae a las codificaciones simbólicas que remiten al erotismo en estado puro.

El arte ha sido siempre una representación del mundo y del ser humano. Razón, por la que el desnudo como género ha estado y sigue presente, a lo largo de toda la historia del arte. Porque es el mejor vehículo transmisor de todo aquello, que en el arte corrobora de manera inmediata, el sentido de la vida,

La obra de Annie Dellepiane funciona como una ventana abierta al espectador, porque como propuesta, lo retrotrae a las codificaciones simbólicas que remiten al erotismo en estado puro, no exenta de un costado romántico, que evoca a una cierta ingenuidad. Ni diosas ni venus, ni personajes de la historia, la biblia o la mitología, sino mujeres comunes y corrientes, que sin duda están posando, pero que nos logran transmitir con sus gestos algo del orden de la cotidianidad. Aunque sus fondos sean en su mayoría una especie de collage con fuertes colores.

Testigos de nuestra cultura, antes de que haya sido casi enteramente capturada por la lógica del consumo. Donde ya no es lo sexual sino lo sentimental, aquello que deviene banal en la escala de valores de la imagen. Antes de que el cuerpo se transforme en objeto del arte como en los casos del Body Art, La Nueva Carne o el Cybort, como respuesta a la crisis del hombre y mujer posmodernos. Y al fracaso de las prácticas hedonistas, y las doctrinas religiosas y filosóficas que les ofrecen consuelo.

La obra de Annie Dellepiane nos propone considerar al cuerpo como receptáculo del espíritu, o del vínculo social. No como una estructura por controlar/ y/ o modificar. Sino al cuerpo como un sujeto. No como un objeto de diseño, sino como un sujeto de deseo, que es la máxima calidad a la que debe aspirar la mujer: ser sujeto de la experiencia y el deseo.

Este recorte de su obra tiene la pretención de oficiar de retrospectiva, y en este sentido el hecho de respetar sus marcos originales, es una elección que apunta a no disociar, lo que es parte casi indisoluble de su elección estética.

Quiénes

Artistas: Annie Dellepiane // Curador: Blanca María Monzón //

Última fecha

jue

22

junio / 2017

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