Film que consagró definitivamente, tras su estreno y premiación en el Festival de Venecia, al talentoso realizador coreano Kim Ki-duk. Perturbador relato centrado en la figura de Hee-jin, una mujer muda que alquila pequeñas casas flotantes y controla el transporte en una zona de pesca y descanso. La llegada de Hyun-shik despierta en ella la curiosidad por su oscuro pasado, que se expresa en un dolor inconfesable que lleva a Hyun-shik a intentar suicidarse varias veces. Retrato donde la violencia aparece como imposibilidad de comunicación, como dolor que no puede decirse pero tampoco extirparse.
Seom, 2000, Corea, Dir. Kim Ki-duk, 90'.