Ruth Benzacar Galería de Arte presenta esta exposición de Miguel Rothschild en donde “lo poético y lo trágico se unen en la profundidad de la noche…”
Dos salas oscuras, donde el vidrio martillado de dos esculturas de connotación sacra, dibuja estrellas que brillan y se reflejan en el espacio. Ambas obras están conformadas por diversos triángulos, figura geométrica tomada por diversas religiones metafóricamente como representación de la divinidad.
Lo trascendente, infinito y sublime de la esfera celeste, contrasta con la materialidad profana, con la violencia que se estrella contra la cúpula y aguja gótica de vidrio. Lo poético y lo trágico se unen en la profunda noche. Ésta se eleva y se hunde, una dualidad que recorre la muestra.
En otra obra, un cielo nocturno invertido muestra estrellas que se sumergen en la oscuridad y el cielo es quien ilumina la noche. Este trabajo dialoga con otros cinco cuadros, más pequeños, como ventanas que se abren en las salas. A través del dibujo formado por los quiebres en los vidrios, vemos fotografías de cielos estrellados. Las roturas siguen el dibujo de los arcos de las bóvedas tomadas de diversas catedrales y monasterios. Una visión hacia el cielo desde el interior de estos espacios religiosos. Las líneas formadas por las quebraduras de los vidrios se reflejan sobre la fotografía uniendo aleatoriamente las diversas estrellas creando así, nuevas constelaciones.
Desde las naves de las iglesias, como si fuéramos antiguos marinos, tornamos la mirada hacia sus bóvedas y podemos vislumbrar estas constelaciones imaginarias que nos guían, nos elevan, hacia la eternidad de la noche.
Artistas: Miguel Rothschild //