La obra ficciona un encuentro entre Leandro N. Alem y Lisandro de La Torre. Ambos murieron por mano propia, ambos representan la génesis del primer partido popular argentino, ambos son considerados víctimas de las malas prácticas de la política. La acción transcurre en el departamento de Lisandro donde transita los últimos minutos antes de dispararse, es allí donde se hace presente el fantasma de Leandro, su padre en la política, con la intención de evitar el hecho.
El conflicto se sostiene a partir de la acción mutua de responsabilizarse uno al otro de sus derrotas. El debate se ancla en la idea pura de sus principios. La obra humaniza a los personajes y va más allá de la mística que los encierra, no solamente por el lugar que ocupan en el imaginario social, sino también por el modo en que ellos decidieron terminar sus vidas.
Dos hombres abrumados por no entender que los poderosos que intentan derrotar son los autores de las reglas que ellos deciden cumplir en la contienda política, eso hace que sus existencias queden a merced de sus propios enemigos.
Las contradicciones propias y los intereses ajenos los conducen al destino trágico de los suicidas.
A nosotros como artistas nos representa un gran desafío encontrarnos con este texto de Pacho O´Donnell, por la responsabilidad que implica hoy hablar de esta temática sobre todo en un momento tan difícil de nuestra patria. Y al mismo tiempo nos llena de optimismo pensar que podemos sumar nuestro grano de arena, como dice Max Weber: No solo debemos esperar y anhelar. Debemos hacer algo más. Debemos ponernos a trabajar para descubrir y obedecer el demonio que maneja los hilos de nuestra propia vida.
Autor: Pacho O´donnell // Actores: Daniel Dibiase, Aldo Pastur // Dirección: Gerardo La Regina // Música: Bernardo Fingas // Maquillaje: Daniel Durso //