La mirada que un artista dirige a su obra pasada nunca es nostálgica (en el sentido de lo que se podría haber hecho de otra manera, o peor: lo que se pudo haber hecho antes y ya no se puede hacer). No. Esta revisión tiene como objetivo detectar causalidades inadvertidas. Sucede a menudo que el artista, sin saberlo, inventa la causalidad de su obra, y la detección adopta, incluso para él, la sorpresa del descubrimiento.
El descubrimiento, en su pura novedad, excluye la nostalgia. La necesidad de una obra anterior se revela en la que la siguió; más aún: el trabajo posterior crea la condición necesaria para el anterior. Al hacer pública esta mirada –la retrospectiva– Kirin involucra al observador en determinar qué canteras de la naturaleza fueron explotadas, o qué obra, propia o ajena, fue derribada para seguir haciendo la suya.
La retrospectiva integra la obra en la historia (hay al menos dos historias: la del artista y la de su arte), pero cuando una obra es tan fuerte como la de Kirin, no necesita las muletas de las continuidades interpretativas, y cada obra se mantiene firme. solo como si no hubiera existido ninguna otra obra antes o después, como si los propios artistas no hubieran realizado ninguna obra antes o después.
Artistas: Kirin //