King Kong enfrenta a su equivalente mecánico en esta película que, como casi toda obra de Ishiro Honda, sorprende por su imaginación disparatada. Este film, además, se volvió especialmente popular en la Argentina porque sus astutos distribuidores decidieron estrenarlo poco antes de la muy publicitada versión de 1977, como si se tratara de la misma. De hecho, resultó ser mucho más divertida.Kingukongu no gyakushu, Japón, 1967, 96'.