Inspirados tanto en la arquitectura del Museo Nacional de Bellas Artes como en las piezas paradigmáticas de la exposición de Roberto Plate -las instalaciones Los ascensores (1967),Los Baños (1968) y Reflejos (1990), recreadas especialmente para la muestra-, un grupo de performers juegan con la localización de las acciones y el desplazamiento haciendo resonar y vibrar, bailar, mover, ocupar y vaciar el territorio de cruce entre el espacio y los cuerpos. Una conversación que relaciona elementos diversos, opuestos, contradictorios, superpuestos, vinculados, extraños, separados, amontonados; y genera conflictos, cortocircuitos y tensiones en la elección de los infinitos y posibles recorridos a decidir en la performance. Lo que significa inventar un recorrido, un “desde aquí hasta allá” y “por este lado, no por ese otro”. Dar visibilidad a los cuerpos, a los objetos y a las situaciones del entorno, haciendo foco en lo que no se ve, pero está. Trabajar sobre la mirada, la percepción y la imagen, para “ver más” y así producir un quiebre, una exaltación de lo escondido y una manifestación de las tensiones plásticas, dramáticas, rítmicas, sensoriales, presentes en la el espacio y la arquitectura.

Última fecha

mar

8

marzo / 2016

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