Una selección de sus mejores obras, en conmemoración de los 10 años de su fallecimiento. Una interesante retrospectiva donde se puede apreciar la búsqueda de tranquilidad que Hector Borla esperaba encontrar pintando sus naturalezas muertas. Un juego constante con la realidad y la irrealidad, donde se marcaba la ambigüedad de la visión, recurriendo al procedimiento del reflejo o la deformación de imágenes.