“Hacia fines del siglo XVIII tuvo lugar un cambio al que, si yo reescribiera la historia, asignaría mayor importancia que a las Cruzadas o la Guerra de las dos rosas: las mujeres de clase media empezaron a escribir”, declaró Virginia Woolf en Una habitación propia (1929). El título de su ensayo proviene de las circunstancias en que debían escribir sus precursoras: no disponiendo de una habitación propia donde trabajar sin distracciones, debían hacerlo en la sala común, donde transcurría buena parte de su vida, y en el caso particular de Jane Austen, casi a hurtadillas: tapaba presurosa la página si algún extraño entraba en la habitación.

¿Cómo es que, en ausencia de una tradición previa, en la Inglaterra del siglo XIX surgen “de la nada” cuatro escritoras plenamente formadas cuya obra es equiparable a la de cualquiera de los novelistas hombres, como Dickens o Thackeray? ¿Pero de qué escribían? ¿Cuál es su mundo? Siguiendo algunas de las observaciones de Virginia Woolf en Una habitación propia, y extendiéndolas a la luz de la crítica posterior, este curso intentará indagar de qué maneras una dispersa dinastía de solitarias llegaría a cambiar el mundo.

Programa:

Clase 1. Jane Austen: Las astucias de la razón. Las mujeres sensatas y el Romanticismo: Sensatez y sentimientos. Conocer a los demás, conocerse a uno mismo: Orgullo y prejuicio. El dilema de la mujer en la sociedad patriarcal: ¿rebelarse, o someterse, o qué?

Clase 2. Emily Brontë: Cumbres borrascosas. La invención de la infancia. La literatura y el mal. Erótica y mística.

Clase 3. Charlotte Brontë: Jane Eyre. La habitación roja como habitación propia. La invención de la infancia II: infancia y disciplinamiento. Más habitaciones propias: la loca en el desván.

Clase 4. George Eliot: Middlemarch: la novela realista llega a Inglaterra. Las mujeres y el saber. Detrás de todo hombre pequeño hay una gran mujer, delante de todo gran hombre una mujer pequeña.

Quiénes

Docente: Carlos Gamerro //

Última fecha

mié

7

marzo / 2018

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