Luego de romper todo lo rompible en la de por sí destructora comunidad cinematográfica neoyorquina de los 60 con sus películas genialmente pobres y turbias, Robert Downey Sr. consiguió un millón de dólares para filmar su historia de Jesús de Nazareth. El crítico del New York Times Vincent Canby escribió al estrenarse esta película que su director –efectivamente, el padre del actor de Iron Man–, “aunque estuviese la mayoría de las veces atrapado financieramente, permanecía dispuesto de esa manera lunática que caracteriza a la aristocracia de tontos y de cineastas”. Y aunque Greaser’s Palace haya sido su película más cara es, también, la más extrema en su búsqueda de una nueva idea del cine. Una capaz de tirar todo lo anterior por la borda.
EUA, 1972, 91'.