Para el director, este film fue un acto de afirmación nostálgica y artística. No se explicaba su realización pero aseguraba: “Era necesario hacerlo”. El resultado, nunca visto públicamente en Argentina, es de una gozosa libertad creativa, un collage musical en el que la historia del tango y sus raíces se imbrican con la historia política argentina. Una callecita de Buenos Aires reconstruida en el teatro de Ariane Mnouchkine, un anciano europeo que sabe tocar las melodías para las que se diseñó el bandoneón pero que no conoce el tango, una reunión de amigos en el atelier de Antonio Seguí, la música del Cuarteto Cedrón, caballitos de madera y un indio desconcertado son algunos de los muchos elementos que el realizador combinó en esta obra singular y personalísima.
(Francia, 1979, 52 min)
Dir.: Jorge Cedrón.