Desde su temprana participación como crítico en la revista Ver y Estimar hacia finales de la década del 50 hasta su controversial salida del Museo Nacional de Bellas Artes en 2004, Glusberg nunca dejó de ocupar un rol central en la escena artística local e internacional. De crítico/artista a embajador argentino del arte de sistemas, Glusberg propulsó y contuvo grupos de artistas que organizaba y apoyaba generando una red de circuitos internacionales por donde se negociaban diversas etiquetas: conceptualismo, arte de sistemas, expresionismo, etc.
Con esta exposición nos proponemos analizar, a través de algunos de sus proyectos, las maneras en las que ejerció su incansable influencia en el sistema del arte, mutando con el tiempo y atravesando coyunturas sociales, políticas y económicas.