Cómo un amor sublime puede llegar a lo largo de la vida a una decadencia absoluta y seguir siendo amor.
En enero se cumplieron 25 años de la muerte de Salvador Dalí. Mostrar toda la vida de una persona en una hora es imposible y menos la de un constante transgresor como lo fue Dalí. Pero nunca un artista está solo.. Siempre tiene a su lado a una Musa inspiradora, en este caso su esposa Gala, la verdadera creadora del personaje. Sin ella la historia del genio quizás hubiese sido otra.
La obra comienza con una situación cotidiana ente Gala Y Dalí, donde se observa una relación de muchos años y en donde la intolerancia se hace visible. Luego se muestra una conferencia del artista, donde se observa su excentricidad y el momento en el cual conoce a su mujer, describiendo una relación idílica. Transcurren las escenas mostrando parte de la vida de ésta pareja poco común. La figura del poeta Paul Eluard irrumpe a lo largo de la vida de Gala, en momentos de soledad que la hacen volver a su pasado, que se negaba a recordar.
La presencia de Amanda Lear, pareja de Dalí durante casi diez años, permite liberar y descomprimir una relación simbiótica.
Aceptando esta pareja, Gala aprovecha para hacer su vida y relacionarse con jóvenes, consintiéndolos e intentando seguir siendo una Musa
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Gala y Dalí continúan visitándose.
Un amor que a lo largo de la vida no se interrumpió,aún con un final decadente, con la muerte de Gala primero y varios años después Dalí.
Autoría y Dirección: Jorge Ducca. Actúan: Anabel Ferreyra, Gerardo Ingaramo, Pablo Juan, Pilar Mato Magrini.