Nora Fisch presenta Flores silvestres, de Alejandra Fenochio.
La serie de retratos que se presentan en la nueva galería Nora Fisch se espejan en el mundo escénico, el varieté y la extravagancia. También en el lujo plebeyo del repertorio de productos en serie que poblaron los anaqueles del consumo masivo de los 90; y con el deseo de intimidad en medio del cambio cultural que desplazaría lo privado por la extroversión de las pantallas.
“El retrato tiene eso de encerrarse a pintar con el otro”, es una conversación y una forma de escape; y son siempre deformes porque el tiempo se sedimenta en su superficie y las miradas se superponen en el devenir a la par.
La pintura de Alejandra Fenochio es un acto de profanación de las formas atadas a la ley patriarcal porque es desobediente, mágica y contaminante. Alejandra tiene la capacidad de volver todo un sistema: su pintura es su taller, que es su casa y que transmuta en un jardín tropical en medio del barrio de La Boca. Cocina y pinta con deseo y los sentidos se confunden en ese vaivén.
Artistas: Alejandra Fenochio //