La filosofía no debe desatender lo terrible de la existencia. Pensar es también un ejercicio raro y extremo que se roza con la locura sin precipitarse en ella. Ajustar el pensamiento a lo siniestro equivale ante todo, a una prudente vigilancia de problemas que exceden la reflexión para entrar en el terreno de la pura acción. Lo más grave de todo sucede cuando la vida se precipita hacia la catástrofe, y el trago funesto de la muerte se consuma sin piedad, sin comprensión. Vivir es a la vez cuidarse y estar al acecho del peligro, cuyas formas son raramente sospechadas. Cuando se arrojan del cubilete los dados del mal habrá que atenerse a sus efectos. Cuando los efectos violentan la experiencia, ya no se sabe qué esperar de un hombre ni de una mujer ni de nadie. No basta con comprender. Hay que atenerse a abrir bien los ojos y explorar hasta dónde puede llegar lo inhumano en el hombre.

A cargo de Guido J. Mizrahi

  • Sábado 2/2 Problema I: La venganza y la locura según Hamlet
  • Sábado 9/2 Problema II: La traición y lo fatal -según Macbeth
  • Sábado 16/2 Problema III: Los celos y la perversión -según Othello
  • Sábado 23/2 Desenlace: El mal y sus maquinaciones.

El precio incluye precio especial en el almuerzo filosófico.

Última fecha

sáb

23

febrero / 2013

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