La última producción del director Alexander Sokúrov, ganadora del León de Oro en el Festival de Venecia del 2011, compone una relectura de la mítica figura literaria y obra maestra de Goethe. El filme completa la tetralogía de Sokurov sobre la naturaleza del poder, iniciada con Molock (1999, sobre Adolf Hitler), y continuada con Taurus (2000, sobre Vladimir Lenin) y El Sol (2005, sobre el emperador Hiroito).
En palabras de su director, la imagen simbólica de Fausto completa esta serie de grandes jugadores que perdieron la mayor apuesta de su vida. Fausto es un personaje literario, casi museístico, que habita una trama sencilla y que no parece encajar en esta galería de retratos. ¿Qué tiene en común con estos hombres de carne y hueso que alcanzaron el pináculo del poder? Un amor por palabras fáciles de creer y una vida diaria patológicamente desdichada. El mal es reproducible. Goethe supo formular su esencia con la afirmación Las personas infelices son peligrosas.