Había una vez un complejo habitacional de clase media que estaba situado justo en el límite entre una gran urbe y un espeso bosque artificial. Infiltrada entre los habitantes del complejo vivía una enviada de los seres del bosque, encargada de encontrar a su reina y con ello dar comienzo a una nueva era donde el bosque avanzaría sobre el no-bosque. Los habitantes del complejo, atareados en sus hábitos burgueses, y en la preparación de una fiesta, ignoraban que con la llegada de una extraña tormenta se daría inicio a un gran cambio: el comienzo del final de la clase media. Sólo unos pocos percibían que el cambio era necesario, algunos lo buscaban en la muerte, otros en el amor, otros recibían presagios que no lograban comprender. Pero sólo la pobre que venía de la villa pudo ver dónde residía el problema y, con la ayuda del portero, aplicó la solución que ella consideraba necesaria.