Fundadora de una escuela para sordos en una pequeña ciudad del interior, Alejandra se ha convertido en mucho más que una maestra: una compañera que aconseja a sus alumnos en actividades y decisiones vitales para su integración a la comunidad. La vemos junto a ellos en el aula, pero también en un día de campo o en un asado. Asistimos a los encuentros con su amigo Juan, todo un referente de la comunidad sorda argentina, que viaja por el mundo enseñando la Lengua de Señas. Con él dedican largas sobremesas a discutir temas esenciales como las ventajas y desventajas del implante coclear, o la importancia del esfuerzo que los padres están dispuestos a hacer para comunicarse con sus hijos sordos, y cómo este esfuerzo determina sus posibilidades de desarrollo intelectual y emocional. Frontini establece un registro preciso del trabajo de Alejandra y Juan, a la vez que un compromiso formal con su tema, al atrevérsele a largos momentos despojados de sonidos, abriéndose de este modo a una reflexión empática y señalando la necesidad de generar un entorno de posibilidades iguales para todos.
Ganadora del premio al Mejor Director en el Festival Internacional de Mar del Plata.
Dirección: Ada Frontini.Argentina, 2013, 72'.