Una joven novicia (que en su devoción y su mirada perdida recuerda a la Juana de Arco de María Falconetti) es expulsada del convento, por lo que vuelve a vivir la vida de ser la hija de un importante ministro. El ascetismo bressoniano del film de Dumont (vinculado a otras obras suyas previas como Flandres o posteriores como Fuera de Satán) le permite construir una película que explora los lugares más violentos e incomprensibles del ser humano, la fe y la convicción en clave epifánica. Otro documento de simpleza y contundencia narrativa de este gran realizador francés.
Hadewijch, 2009, Francia, Dir. Bruno Dumont, 105 minutos.