¿Se puede estar atrapada en algo infinito, en un lugar sin límites?
Un grupo de mujeres danzan coreografías de manos, agujas e hilos sobre una tela, trazan bordados que nos hablan en completo silencio. La aguja se mueve hacia arriba y hacia abajo a través de la costura, se eleva una energía en el que cada gesto modula un poder.
En esta trama grupal en la que dialogan lo íntimo y lo doméstico, la labor toma un lugar vital, imprescindible, menos ornamento que invisible construcción de otros tiempos que no imaginabas que existían, pero que existen.
Los hilos, las tijeras, las telas, y el placer de la lentitud van tejiendo tramas, texturas y también nuevos modelos de existencia. El tiempo suspendido es el lugar donde nos contamos otras historias, y el hilo es el puente.
Artistas: Guillermina Baiguer //