Más allá de la percepción de los sentidos, el ojo de la carne, y del conocimiento intelectual, la luz de la razón, existe un órgano latente capaz de percibir las realidades sutiles. Más allá de su identificación con la glándula pineal o su localización en el entrecejo, la potencialidad del “tercer ojo” se manifiesta en la riqueza de los símbolos, las visiones, las apariciones angélicas, el arte inspirado, la intuición creadora y en todos los testimonios de las experiencias psíquicas profundas. La invitación a indagar en los tesoros de las tradiciones espirituales (hinduísmo , budismo, cristianismo, sufismo), en los nuevos paradigmas (Los tres ojos del conocimiento de Ken Wilber), en el conocimiento visionario (El libro Rojo de Carl Gustav Jung) es un llamado a la expansión de la consciencia como una imperiosa necesidad del mundo contemporáneo para la recuperación de una visión sagrada del cosmos.
Docente: Leandro Pinkler //