Inspirada en el tsunami asiático del 2004 y plasmando una búsqueda personal de la autora, la obra, con la actuación de Marisa Busker, gira en torno al agua y a la creación, un diluvio que podrá ser causa de la lluvia o quizás de una gran ola; que así como desordena, formula un nuevo orden de cosas; que así como algunos mueren otros se salvan; un diluvio tanto exterior como interior; mares, lluvias, lagos, mugre, purificación. Cuatro son los personajes que hacen a la historia: el Señor del Lugar, la Mujer Joven, la Mujer Vieja y el Viajero, plasmado en un muñeco.
Es en el templo del valle de la montaña, conformado por un atrio, un mástil de cuatro metros y una bandera, en donde se desarrollan las historias. Allí será la cita con los espectadores que sin querer pasarán a ser parte de las danzas que hablan, los cantos que bailan, los discursos que suenan, los colores sugeridos. “¿Y ahora qué soy, músico, actor o bailarín? Todo en uno, ahora soy una grieta como un templo”. Una propuesta para todas las edades.