El maestro Bornolio (el que sopla estrellas) necesita de una ayudanta para llevar adelante su trabajo, Cibelina (la que se opone al exterminio de estrellas) se presenta en el lugar indicado, y es aceptada para la labor requerida, que según ella consistía en mirar para abajo para que el Maestro Bornolio no se caiga mientras mira para arriba.
De pronto Cibelina se da cuenta de cual es el trabajo que esta llevando a cabo el Maestro Bornolio, y decide ponerle fin. Nada de lo que el argumenta esta bien, por que como dice Cibelina: “nada puede ser tan importante para que una estrella deje de brillar”. No es apagando estrellas como se arreglan las cosas.
El soplador de estrellas es una bellísima metáfora acerca de los medios y los fines y Cibelina hace todo lo que está a su alcance para que no se justifiquen, aunque vayan de la mano de un gran deseo.