El Cisne Equivocado

El cisne equivocado es el relato de una vida de película digna de conocer, la del artista tucumano Bernardo Kehoe.

A su mundo ingresamos por el boscoso patio de su casa, seguramente en Buenos Aires, en el que no solamente hay una profusa vegetación sino también telas y bastidores que crecen como plantas. Kehoe tiene un rostro prodigioso y un archivo de performances, obras de teatro o videos casero que alternan con su momento actual, el de un hombre que tiene tiempo para contar su historia.

En esa historia personal en la Tucumán de los años 70 cabe lógicamente la historia de un país bajo el yugo de las dictaduras; su condición de homosexual y artista, protagonista de la escena tucumana, lo dejaría en un estado de vulnerabilidad comprensible. Desde el rechazo de los padres hasta el escape de la provincia, orgullosa capital de la lucha contra la subversión y el cobijo de sus amigos en la ciudad de Buenos Aires son relatados con amorosa atención por la realizadoras. Bernardo no es un artista más, su sensibilidad supera lo que muestra la pantalla y Frank y Morasso lo trabajan con fuerza, equilibrando el relato sobre el pasado y las acciones del presente. La recreación constante de las palabras buscan siempre la poesía, improvisada y surreal, una mezcla de Hollywood, Fellini, el Norte Argentino, Japón y el bajo Tucumán.

Pintor, performer, cantante, el artista de los obstáculos estúpidos, como se define a si mismo, el que hace ficciones con su pintura, mientras expurga las aves que se aparecen en los sueños y que convierte en demonios: duda, ira, avaricia y estupidez. Una fiesta performática irá asomando por momentos en el documental para desplegarse hacia el final. Mientras intenta sacar por una puerta una obra excesivamente grande, momento donde la observación gana espacio. Bernardo también es maestro, de los que alientan a pensar y a sentir con un pincel, hacia un mística personal y única.

Las directoras logran en El cisne equivocado un retrato inteligente y sensible, pero a la vez un documental vigoroso y diverso, gran ayuda tuvieron con el diseño sonoro cuya música original (Fermín Kehoe) es realmente notable.